Como cristianos, somos llamados para pelear la buena batalla de la fe, y nuestra lucha no es contra carne ni sangre, sino contra poderes malignos en las regiones celestes.
Es imposible ser cristiano, si no luchamos contra el mal en todas sus manifestaciones, y esto es imposib.
El reino del mal, gobernado por Satanás y sus demonios, es tan real como el reino de Cristo instaurado en la cruz del Calvario, ya que debido al dominio del mal sobre la humanidad ocurrió el trascendental hecho del Gólgota.
Como cristianos, somos llamados para pelear la buena batalla de la fe, y nuestra lucha no es contra carne ni sangre, sino contra poderes malignos en las regiones celestes