No creo en el destino.
Mi investigaci n ha demostrado, en este punto, que el futuro que nos han dibujado casi.
La lite en el poder intenta ganar.
De hecho, no hay nada m s.
Os mintieron cuando os dijeron que "no importa si gan is o perd is, sino como jug is." En el mundo de la lite ganar lo es todo.
No podr is captar la realidad si os pillan con la fantas a de que "esto no es justo." Deb is llegar a saber que lo nico que cuenta es el resultado final del juego.
Deb is daros cuenta de manera objetiva que algunas piezas son m s valiosas que otras, y que el rey es la m s valiosa de todas.
Deb is aprender las normas con las que ELLOS juegan.
Antes de leer este libro, os aconsejo que jugu is al menos dos partidas enteras de ajedrez.
Los que hayan estudiado seriamente la historia probablemente habr n descubierto la verdadera raz n por la que hacemos la guerra de forma regular.
Cualquiera que haya estudiado estrategia militar est familiarizado con el concepto del sacrificio.
Los peones s lo son valiosos en determinadas circunstancias y a menudo se sacrifican para obtener una ventaja.
Creo, pues, que se est jugando una gran partida de ajedrez a unos niveles que apenas podemos imaginar, y nosotros somos los peones.
Lo har a intentando asegurar la supervivencia de los principios en los que creo, la supervivencia de mi familia, mi propia supervivencia, y la supervivencia de la raza humana, y no por ninguna otra raz n.
S que yo ser a el primero en organizar una conspiraci n para controlar el resultado del futuro, si fuera una persona y una conspiraci n que a n no existiera.
Para aquellos con recursos, hacer lo contrario ser a totalmente irresponsable.
Es inconcebible que los que tienen el poder y la riqueza no puedan unirse con un lazo com n, un inter s com n y un plan a largo plazo para decidir y dirigir el futuro del mundo.
Ni puedo ni quiero aceptar la teor a de que largas secuencias de accidentes no relacionados determinan los acontecimientos mundiales.
No creo en los accidentes.
No creo en el destino