Una escena familiar, y sus consecuencias perturbadoras, diseccionadas por la autora que ha hecho de su vida materia literaria.
Annie Ernaux recorre desde los códigos de conducta y las normas sociales que imperaban en su entorno hasta las noticias del momento, las expresiones más usadas o el temor que infundían las grandes ciudades para calibrar con exactitud hasta qué punto lo ocurrido la hizo sentirse indigna..
Sin embargo, esa escena cambió para siempre a la autora: aquella niña y su familia habían dejado de ser gente decente , y todo había pasado a ser vergonzoso.
Como en tantas otras familias, sus padres, que se odian entre sí, adoran en cambio a la niña, por lo que, mientras pasan los días y el olvido invade el hogar, el recuerdo de aquel domingo parece convertirse en un mal sueño.
Años después, esa escena se le presenta a la autora tan diáfanamente cruel como el día en que la vivió.
En 1952, cuando Annie Ernaux tenía doce años, su padre quiso matar a su madre un domingo de junio, a primera hora de la tarde.
Una escena familiar, y sus consecuencias perturbadoras, diseccionadas por la autora que ha hecho de su vida materia literaria