El mundo de Mariana Enriquez no tiene por que ser el nuestro, y, sin embargo, lo termina siendo.
Las autodenominadas -mujeres ardientes-, que protestan contra una forma extrema de violencia domestica que se ha vuelto viral; una estudiante que se.
Con la cotidianidad hecha pesadilla, el lector se despierta abatido, perturbado por historias e imagenes que jamas conseguira sacarse de la cabeza.
Bastan pocas frases para pisarlo, respirarlo y no olvidarlo gracias a una viveza emocional insolita.
El mundo de Mariana Enriquez no tiene por que ser el nuestro, y, sin embargo, lo termina siendo