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En Las guerras del Opio: Una guía fascinante sobre la primera y segunda guerra del Opio y su impacto en la historia del Reino Unido y China , descubrirá temas como: Preludio - Los bárbaros rojos Sin tolerancia Los primeros conflictos Barcos de vapor y cañones El final de la primera guerra del Opio El periodo de entreguerras Conflicto en el horizonte La reanudación del conflicto El avance La quema del palacio y la diplomacia Y mucho, mucho más! Adquiera este libro ahora para saber más sobre las guerras del Opio!.
Pero en China, las guerras del Opio siguen siendo símbolos de la humillación nacional a manos de las potencias occidentales.
Estos conflictos se han olvidado en gran medida en el mundo occidental, quizás por un sentimiento de vergüenza colectiva.
Los británicos, a los que se unieron los franceses, fueron apoyados por los estadounidenses y los rusos, y se enfrentaron a la China imperial, gobernada por la dinastía Qing.
Se conocen colectivamente como las guerras del Opio.
Hubo dos guerras, una de 1839 a 1842 y otra de 1856 a 1860.
Cuando los esfuerzos diplomáticos para introducir el Opio en el mercado chino fracasaron, el Parlamento británico aprobó una alternativa: la guerra.
Gran Bretaña tenía que conseguir algo que los chinos necesitaran, y en su desesperación, se decidió que Gran Bretaña vendiera opio.
Los chinos no necesitaban importar nada, ya que su industria estaba lo suficientemente desarrollada como para suministrar a todo el país lo que necesitaba.
Sin embargo, a este imperio oriental le gustaba presumir de ser autosuficiente.
Para no perder dinero con los productos importados, Gran Bretaña tenía que vender algo a China.
El principal problema era que China solo aceptaba pagos en plata, lo que creaba un enorme desequilibrio en el comercio.
Gran Bretaña importaba todo lo que su sociedad deseaba, pero era costoso.
Gran Bretaña era tan fuerte económicamente en aquella época que incluso las clases media y baja podían permitirse disfrutar de artículos de alta calidad importados de China, especialmente el té.
La seda, la porcelana y el té tenían una gran demanda entre los ricos.
Con el descubrimiento de nuevas rutas comerciales en Oriente, y con la fundación de la Compañía de las Indias Orientales, Gran Bretaña se volvió adicta a los artículos lujosos y exóticos de China.
Como tal, tenía el poder de proteger sus intereses.
La Gran Bretaña victoriana era el país más desarrollado tecnológica y económicamente del mundo en aquella época.
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