El estudio de los evangelios apócrifos -relatos de la vida o dichos de Jesús que no entraron al Nuevo Testamento- es una disciplina popular entre los académicos que llena ya varios estantes de cualquier biblioteca respetable.
Entre ellos se hallan el libro de Enoc, el libro de los Jubileos y el Ap.
En tercer lugar está otro grupo de Libros que despierta el mayor interés: una extensa colección de textos judíos y judeo-helenísticos que han llegado hasta nosOtros -algunos en estado fragmentario- pero que por alguna razón fueron excluidos del Antiguo Testamento; algunos fueron recuperados o desenterrados, Otros permanecieron bajo la celosa custodia de bibliotecas secretas o heréticas.
Todos ellos se han perdido en la penumbra de la historia.
Pertenecían o no a las escrituras sagradas Libros como Tobías, Macabeos y Judith, aceptados por los judíos de la diáspora pero no por los de Palestina? Dónde quedaron ciertos Libros que se mencionan dentro de la misma Biblia pero que nadie presume haber visto jamás? Considérense las referencias, por ejemplo, a una historia de la corte del rey David -que debió de ser una de las primeras en ponerse por escrito-, los Anales de Salomón, un Libro de Jasher, y de manera prominente el Libro de las Guerras del Señor.
Ya entre los primeros comentaristas cristianos y judíos se conocían algunos textos cuyo estatus era impreciso.
Escribió alguien en el Antiguo Israel otras versiones de las conocidas historias de la escuela dominical? Los descubrimientos arqueológicos y textuales recientes han revelado que la literatura del pueblo de Israel antes de Cristo era mucho más extensa y variada de lo que se suponía.
La mayor parte de los lectores da por hecho que la gran saga de Israel, comenzando por los relatos pastoriles de los patriarcas, la epopeya del Éxodo y la conquista de la Tierra Prometida, hasta la corte del rey David, es una historia compacta, completa, única, que desde un principio estuvo en su forma actual, y que como tal fue aceptada de manera unánime en la antigüedad.
Mucho menos lectores de estudios bíblicos consideran la cuestión de si el Antiguo Testamento, conocido también como Biblia Hebrea, está completo, es decir, si hubo Otros Libros aparte del Génesis, el Éxodo y Jueces, con distintas historias y personajes desconocidos, que quedaron excluidos de la colección y Perdidos en las arenas del tiempo.
A pesar de la creciente secularización de la sociedad, parece haber un apetito por la figura histórica de Jesús.
El estudio de los evangelios apócrifos -relatos de la vida o dichos de Jesús que no entraron al Nuevo Testamento- es una disciplina popular entre los académicos que llena ya varios estantes de cualquier biblioteca respetable