Los s mbolos han acompa ado al ser humano desde los albores de su historia, cuando este sinti por primera vez la necesidad de saber cu l era el sentido de su existencia.
Es autor de mas de cien libros, entre los que destacan su clasica o.
Fue condecorado en dos ocasiones por el Consejo de Europa con el premio Europa Humana, y con el Tutav, del Ministerio de Cultura de Turquia, y la Medalla al Merito Agricola, del Ministerio de Agricultura de Francia.
Colabora con revistas como Historia de Iberia Vieja, Ano/Cero, Enigmas, Fomento, La Aventura de la historia, Vida apicola o Via libre.
Estudioso de los aspectos mas esotericos de la historia, es conferenciante, coordinador y director cientifico de eventos culturales relacionados con el esoterismo.
About the Author: Jesus Avila Granados.
Tienen un significado oculto los n meros que aparecen en la Biblia? Qu secretos atesoran las imponentes catedrales g ticas? Eran los c taros conocedores de un secreto que los llev a la hoguera? Estas y otras muchas preguntas se dan cita en las p ginas de este libro.
Desde el hombre del Paleol tico superior hasta los mayas y los incas, pasando por hititas, egipcios, celtas, griegos y romanos, vikingos, jud os, musulmanes, cristianos, c taros y templarios, y por culturas orientales como el budismo o el hinduismo, el autor hace un recorrido por las diferentes creencias y Religiones que han surgido a lo largo de la historia, buscando las Claves que nos ayuden a comprender el significado oculto que yace tras la Simbolog a sagrada de cada una de ellas.
Pero ese conocimiento sagrado solo deb a ser accesible para unos pocos iniciados, y por eso a menudo los s mbolos son tan herm ticos y velados que pueden incluso pasar inadvertidos, y casi siempre son dif ciles de comprender.
Las Religiones primitivas nacieron de la mano de las primeras preguntas existenciales y, poco a poco, encontraron en el lenguaje de los s mbolos la mejor v a para transmitir todo el conocimiento espiritual que cre an atesorar.
Los s mbolos han acompa ado al ser humano desde los albores de su historia, cuando este sinti por primera vez la necesidad de saber cu l era el sentido de su existencia