Ahora, la víctima es ella.
O puede ser que un inocente esté entre rejas y el asesino ande suelto? Sea como sea, Pip debe encontrar las respuestas necesarias o, esta vez sí, será ella la que desaparecerá....
Y todo empeorará cuando encuentre un patrón entre la forma de actuar de su acosador y la de un asesino que, en teoría, está en la cárcel desde hace años...
Sus temores se confirman cuando se da cuenta de que quien le envía esos anónimos ha pasado de amenazarla a perseguirla.
Se repiten constantemente, haciéndole una pregunta, siempre la misma: Quién te buscará cuando seas tú la que desaparezca? .
Pero, de entre todos esos mensajes que le llegan, hay unos que le preocupan.
Tiene un pódcast de true crime que se ha vuelto viral y, además, su labor como investigadora le ha supuesto crearse más de un enemigo.
Pip está acostumbrada a recibir amenazas.
Ahora, la víctima es ella