Un día amanecí con un tremendo dolor en mi cuerpo de tantos golpes, mis labios llenos de puntadas, los ojos hinchados de los golpes y me miré en el espejo: No puede ser!, dije dentro de mí.
Me sonrió y me dijo "Aquí estoy, estoy a tu lado y vamos hacia adelante, que la Vida es una batalla"..
Si yo pude cambiar mi vida, tú también lo puedes hacer, ya que todos somos hijos de un Dios amoroso.
Busqué la oportunidad y la oportunidad me llegó.
Y bendito y alabado sea Dios porque ahora soy completamente diferente.
Y ahora soy un hombre diferente porque he cambiado mi vida, y lo puedo gritar al viento, ya que aquel Macario agresivo, lepero, malcriado, grosero, peleonero ya no existe dentro de mí, se ha disminuido y ha vuelto a renacer el verdadero Macario.
No fue nada fácil para mí, tampoco imposible, pero lo logré.
Qué no daría yo, con tal de empezar de nuevo y evitar este oscuro camino, lo único que sé, y he aprendido, es que después de esta Vida ya no hay otra oportunidad, y el día de hoy es todo lo que tengo, por lo tanto debo de aprovecharlo al máximo.
Me costó muchísimo trabajo aceptar y dar mi brazo a torcer.
Yo ya lo viví y no es nada agradable Vivir una Vida ingobernable.
Desperdicié muchísimos años de mi vida, lo cual yo quisiera que tú evitaras, muchísimos años de sufrimiento, por no saber cómo vivir, muchísimos años se me fueron a la basura.
Me preguntaba qué necesidad tenía yo de estar así, y empecé a recapacitar y mirar hacia atrás, mi pasado, y me preguntaba a mí mismo, hasta dónde había llegado con mi manera de ser y no he conseguido nada bueno.
Un día amanecí con un tremendo dolor en mi cuerpo de tantos golpes, mis labios llenos de puntadas, los ojos hinchados de los golpes y me miré en el espejo: No puede ser!, dije dentro de mí