Dios quiere protegernos de todo peligro, así como también desea liberarnos de todo aquello que nos hace daño: enojo, odio, tristeza, amargura, depresión, y todo lo que es un mal para nuestras vidas y para la vida de otras personas.
Él ha orado por la liberación de quienes estaban afectados por la obra de Satanás y nos anima a orar con el poder de su Espíritu, para.
En los Evangelios, Jesús habla frecuentemente acerca de la liberación.
Dios quiere protegernos de todo peligro, así como también desea liberarnos de todo aquello que nos hace daño: enojo, odio, tristeza, amargura, depresión, y todo lo que es un mal para nuestras vidas y para la vida de otras personas