La gratitud es una elecci n.
Al ser Agradecido a Dios y a los dem s, la amargura y el narcisismo son reemplazados por la alegr a y la humilde comprensi n de cu.
Pero cuando escogemos un estilo de vida de humilde gratitud, somos conscientes de los beneficios recibidos de nuestro amable Salvador, y de aquellos que l ha puesto a nuestro alrededor.
No ser Agradecido --a diario y deliberadamente-- nos cuesta m s de lo que pensamos.
Pero si no la escogemos, por defecto hemos escogido la ingratitud.
La gratitud es una elecci n